Álvaro Cervantes: "Huyo de sufrir en el trabajo porque es algo que no me merece la pena"

Álvaro Cervantes y Elena Rivera son los DOS protagonistas de ‘Huir’, el cortometraje ganador el pasado mes de julio de la IV edición de Audi Future Stories escrito y dirigido por Alejandro Pereira Soto, quien contó durante el rodaje del mismo en la ciudad de Barcelona con el apoyo y la ayuda de Kike Maíllo.

‘Huir’, cuyo tema central es el enfrentamiento entre la ambición profesional y las decisiones que uno toma en su vida personal, se estrenó el fin de semana pasado, concretamente el sábado 27 de septiembre, en el marco del Festival de San Sebastián con la presencia tanto de Alejandro Pereira como de Álvaro Cervantes y Elena Rivera.

Precisamente Álvaro Cervantes, uno de los actores más reconocidos de su generación y que a sus 35 años recién cumplidos cuenta en su haber con dos nominaciones a los Premios Goya por ‘El juego del ahorcado’ y ‘Adú’ y ha participado en más de 40 estrenos de cine, teatro y televisión, ha charlado con Tiramillas, la web de ocio de Marca, de ‘Huir’ y de otros temas como su trayectoria en el mundo de la interpretación, lo mejor y lo peor de la profesión. el miedo a que deje de sonar el teléfono, el estado de salud del cine español…

¿Cómo surgió el proyecto de rodar ‘Huir’ a las órdenes de Alejandro Pereira?
Me propusieron hacer el corto y me enviaron el guion, que me gustó mucho el guion, porque me pareció una premisa muy buena y muy buena idea para poder contar esta historia en el marco de Audi. Después conocí a Alejandro y sabía que Kike Maillo estaba como codirector apoyando a Alejandro. Yo con Kike no había trabajado directamente, aunque sí que había producido dos películas que he hecho, ‘Loco por ella’ y ’42 segundos’. Y en ’42 segundos’ pudimos grabar un día juntos la segunda unidad y demás, así que sentía que trabajar con Kike era como jugar en casa. Y, luego, Alejandro me pareció un tipo brillante, con las ideas muy claras, con un futuro enorme, y me hizo mucha ilusión formar parte de este proyecto, trabajar con Elena por primera vez, porque nos conocíamos pero nunca habíamos trabajado y la verdad que la admiro mucho. Entonces, por cualquier sitio por donde lo mirara era un gran plan formar parte de este corto dentro del marco Audi, que además siempre está apoyando el cine y diferentes propuestas a lo largo del año. Y poder estrenar este corto en el Festival de San Sebastián es perfecto para cerrar la experiencia.
El tema central de ‘Huir’ es la ambición profesional enfrentada a las decisiones que uno toma en la vida personal. En su caso, a la hora de tomar decisiones en su vida personal, ¿pesa mucho su ambición profesional?
Yo creo que al ser un trabajo tan vocacional y vinculado con lo artístico, que se mueve tanto con la pasión y que está tan vinculado con la vida, van un poco de la mano, así que separar vida personal de trabajo a veces es difícil, pero porque el propio trabajo muchas veces define mi propia vida. Entonces, evidentemente, poder desconectar, poder descansar, poder tener tiempo de calidad con las personas que quiero y poder vivir otras cosas que no tengan que ver con el trabajo, me parece fundamental por salud. Pero cuando el trabajo te gusta tanto, es algo que te condiciona, no para mal, sino a veces para bien para el propio trabajo. Entonces, creo que tener ese equilibrio de dejarme llevar por lo que el trabajo me ofrece, pero a la vez también poder poner un poco de distancia para vivir otras cosas es importante.
Alejandro Pereira tiene sólo 24 años, es verdad que ha contado con el apoyo y la ayuda de Kike Maillo, pero cómo ha sido rodar con un director novel como él.
Alejandro Pereira es novel, pero ya había rodado recientemente otro corto. Y, luego, me parece que el hecho de haber escrito el guion, le hizo imaginar muy bien lo que quería plasmar en el corto. Entonces, a mí me da mucha confianza eso, saber que pese a tener menos experiencia en el rodaje, tenía clara la historia en la cabeza porque la había parido él. Eso tiene mucho peso. Luego, te pueden ayudar técnicamente y el equipo es fundamental para un director novel para poder plasmar lo que tiene en la cabeza. Entonces, me gustó mucho ver cómo trabajaban juntos Kike y él, porque Kike también le daba el espacio para pensar y para decidir lo que quería que estuviese. Kike también aportó su experiencia y su oficio de poder manejar muy bien lo técnico e, incluso, poder apuntalar y afianzar algunas cosas. Fue muy bonito verlos trabajar juntos y estuve muy a gusto con los dos. Sólo había trabajado una vez con dos directores, en ‘Malnazidos’, con Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro, y me parece que es buena señal cuando, en el momento que toca, de repente, puedes preguntarle a uno o a otro indistintamente porque sabes que están coordinados y te van a dar respuestas parecidas. El rodaje de ‘Huir’ ha sido muy bonito, me ha encantado conocer a Alejandro Pereira y creo que tiene un futuro enorme.
A Elena Rivera ya la conocía, pero es la primera vez que han trabajado juntos. ¿Qué destacaría de ella?
Con Elena coincidí rodando sólo un día, pero tiene un oficio brutal y un arrojo enorme, así que fue muy fácil. Enseguida estábamos imaginando conjuntamente la historia, muy metidos en las escenas y contando lo que había que contar. Fue muy agradable poder trabajar con ella en ese nivel de confianza y de estar los dos a una, fue una maravilla.
¿Cómo, cuándo y por qué decide Álvaro Cervantes ser actor?
En casa no tengo referentes en cuanto a la interpretación, el cine o las artes escénicas. Sí que yo de niño era muy creativo, aunque los niños no se mueven por lo creativo, sino que se mueven más por lo expresivo, que si algo tienen los niños es la capacidad de expresar de todas las formas posibles. Entonces, a mí, a nivel expresivo, me encantaba dibujar, bailar, la música… Y todo eso se fue desarrollando de diferentes formas y sí que encontré en la interpretación un vehículo para esa expresión, para poder jugar de una manera muy amplia e, incluso, poder jugar con otras normas. Cuando empiezas la adolescencia, eres muy consciente de las normas sociales y dices: ‘Bueno, la interpretación es un lugar para explorar otras normas que están fuera de mi realidad’. Entonces, me atrajo mucho y, de hecho, lo primero que hice fue teatro porque en el grupo de teatro de mi colegio buscaban a alguien que pudiera tocar instrumentos para acompañar una obra de comedia del arte y yo tocaba el piano e instrumentos de percusión, así que me metí. Y ahí hice un cameo, me encantó la experiencia y seguí haciendon teatro en una escuela más focaliazada en eso. Entonces, una cosa llevó a la otra hasta que hice mi primer trabajo con 15 años, y poco a poco, en paralelo a los estudios, iba trabajando como actor e iba entendiendo lo que significa este oficio, hasta que llega un momento que te das cuenta que han pasado casi 11 años y se ha convertido en tu profesión. Eso que parecía un juego como disfrazarte en Carnaval y ser otro, de repente te ves en una caravana de maquillaje en la que te están transformando en un personaje y dices: ‘Esto es lo que me gustaba de niño y lo he convertido en mi profesión’.
Usted llegó a ir a la universidad mientras continuaba su formación como actor.
Empecé Comunicación Audiovisual en la Autónoma de Barcelona, aunque no la terminé. La estuve combinando con la interpretación hasta que empecé a trabajar más. La carrera me hizo crecer en algunos sentidos y me encantó vivir la experiencia de la universidad, aunque fue un poco a medias porque estaba con un pie dentro y un pie fuera siempre con el trabajo. Y en un momento dado aposté por entender mejor el oficio de la interpretación, formarme más como actor y ya puse toda mi energía en ello.
Ha hecho teatro, cine, televisión… ¿Qué le gusta más y por qué?
Teatro he hecho poco. Hice de niño y luego hice una vez teatro en Barcelona, pero muy poco. De hecho, el teatro es una asignatura pendiente que quiero explorar. Yo elegiría el cine, el viaje de hacer una película, porque es un viaje que empieza y termina y también es lo que más he hecho. Y con respecto a la televisión, puedes preparar mucho mejor una película de dos horas que una serie de 10, 12 o 25 capítulos. Al final, una vez que empieza la maquinaria de una serie, los capítulos van llegando, a no ser que sea una miniserie o sea con mucho tiempo de antelación, muchas veces te dan un primer capítulo, dos, tres, como mucho seis si es una serie entera, pero muchas veces no puedes leerte todo antes de empezar y no sabes cómo termina el viaje del personaje. Entonces, en el caso de una película, me gusta la idea de cerrar, de poder cerrar una historia y de vivir ese viaje más concentrado en todos los sentidos. Últimamente es lo que más he hecho y la verdad que disfruto mucho haciendo cine.
¿Qué es lo mejor y lo peor de su profesión?
Lo mejor del mundo de la interpretación es la capacidad de aprendizaje, que te da cada proyecto. De aprender por el proyecto en sí, por lo que necesitas experimentar para cada personaje, toda la preparación y la inmersión que haces para poder entrar en mundos que de otra forma no podrías entrar. Yo, por ejemplo, la últrima película que he hecho se títula ‘Sorda’ y es una historia protagonizada por una chica sorda, que es madre, y yo interpreto a su pareja oyente. Y para hacer esta película tuve la suerte de que me convocaron un año antes y estuve un año estudiando lengua de signos, conociendo de cerca lo que significa la sordera y estando vinculado con la comunidad sorda. Entonces, esto para mí ha sido un aprendizaje brutal y un regalo. Y como esta experiencia, he tenido otras muy distintas a lo largo de estos años, como por ejemplo en fue el caso de ’42 segundos’, donde tuve la oportunidad de prepararme para jugar a waterpolo, y muchas más. Resumiendo diría las experiencias que vives y el aprendizaje que te llevas. Y, luego, además, es un trabajo en equipo donde aprendes constantemente de tus compañeros y de toda la gente que te rodea. Trabajar en equipo te enseña mucho. Y lo peor diría que son las expectativas. Cuando en un momento dado se estrena un proyecto que has construido con mucho cariño, mucha entrega y mucha pasión, siempre esperas que le llegue a la gente y sea un proyecto de los que guste, aunque es algo que uno no puede controlar. Uno tiene que hacer y soltar los proyectos. Y es lo que peor se lleva, o al menos en mi caso hasta ahora ha sido así. Cada vez tengo un poco más de ojo para decir: ‘Bueno, cuidado con las expectativas’. Y luego las expectativas que tienes puestas en una prueba para un proyecto que quieres que te salga, confías mucho y al final no sale, esa incertidumbre que no está en tu mano. Entonces, diría que lo peor son las expectativas.
¿Cómo gestiona emocionalmente tanto cuando se cumplen esas expectativas en forma de reconocimiento por parte de crítica y público como cuando no se cumplen?
La forma es ponerle conciencia a eso. Ni identificándome con la euforia y la alegría máxima, ni identificándome con la tristeza y la decpeción, sino buscando el punto medio que es un poco lo que se trabaja en la meditación, que es estar presente y no estar identificándote con los pensamientos, sean los que sean. Entonces, evidentemente la meditación es un camino y una práctica muy interesante para eso. Y luego, ponerle conciencia y buscar lecturas que me reconforten.
¿Cuál diría que fue su golpe de suerte o el proyecto que impulsó su carrera?
Yo diría que siento que más que mi golpe de suerte, mi suerte ha sido, o siento que ha sido, que los trabajos me han ido llegando en el momento en el que los podía asumir y en el que más o menos estaba preparado para hacerlo. Evidentemente, uno echa la vista atrás y piensa que lo haría mejor ahora, pero la experiencia se va ganando con el tiempo. Bueno, de alguna forma sí siento que eran personajes y proyectos que podía asumir, que no me sobrepasaron, que pude llevar bien, con ganas, con alegría, y que sumaron el entusiasmo para lo siguiente. Entonces, eso es lo que siento que ha sido la suerte. Si tuviera que decir un proyecto en esa línea de que impulsó o me ayudó a seguir en esto, creo que diría ‘El juego del ahorcado’, que fue mi segunda película y en las que, con 18 años, tuve mi primer papel protagonista. Antes había hecho la serie ‘Abuela de verano’ y la película ‘Pretextos’, pero sí que siento que ‘El juego del ahorcado’ puso en el mapa mi trabajo, mi corto recorrido, mi corta experiencia y me dio visibilidad porque se dio la nominación al Goya a actor revelación. Entonces, con esa película y ese personaje si sentí un gran recibimiento por parte de la industria, con mucho cariño por parte de la prensa. Sí siento que fue una buena bienvenida, una muy buena bienvenida.
Por fortuna nunca le ha faltado trabajo, ha participado en más de 40 proyectos, pero el gran miedo de los actores es que un día deje de sonar su teléfono. ¿Le ha pasado alguna vez en sus 20 años de carrera? ¿Qué haría si le sucediera?
Por suerte, afortunadamente, no me ha pasado en esta profesión que todos sabemos lo injusta que es con tantos actores que lamentablemente no pueden trabajar, no pueden dedicarse a esto. Entonces, en ese sentido, he sido afortunado, he tenido mucha suerte, y no me ha pasado que dejara de sonar el teléfono, pero evidentemente ese miedo siempre está ahí porque la vida es muy larga y nunca sabes qué puede pasar ni por qué puede pasar, es algo que escapa de tu control. Si pasase, tendría que hacer un trabajo personal fuerte y encontrar el camino. A mí me gusta mucho la cocina. Conozco a muchos cocineros, los admiro muchísimo y sé lo duro que es. La cocina me interesa mucho porque me gusta mucho comer, creo que hay mucha creatividad en el mundo de la gastronomía y admiro mucho a muchos cocineros, así que podría ser un nuevo camino a explorar.
Según un informe publicado por la Fundación AISGE, sólo el 7% de los actores españoles superan los 30.000 euros de ingresos anuales y el 77% de los artistas españoles ingresan menos de 12.000 euros al año. ¿Qué le parecen estos datos? ¿Cree que las administraciones públicas deberían hacer más por la cultura?
Esos datos son muy tristes, son devastadores. Respectpo a la cultura, todo lo que tenga que ver con la cultura, nunca es sufiuciente en el sentido de que siempre se puede aportar más. A nivel cultural, todo lo rico que sea un país, es futuro, suma en el futuro de una sociedad. Siempre se puede ir un poquito más allá a nivel cultural y creo que es interesante, enriquecedor.
La Inteligencia Artificial ya es una realidad. ¿Considera que es una amenaza para la industria de la interpretación?
Más que una amenaza, yo pienso que es algo sobre lo que hay que reflexionar y creo que estamos en un momento que estamos justo en eso. Y bueno, yo confío en que hay cosas que la Inteligencia Artificial no va a poder hacer como es reproducir las emociones que tiene un actor frente a la pantalla. Va a poder hacer muchas cosas, probablemente va a poder acercarse mucho, pero lo genuino me parece que es antagónico a la Inteligencia Artificial. Me centro en lo mío, porque la Inteligencia Artificial es un mundo superamplio y para muchas cosas va a suponer un avance, eso está claro.
¿En sus 20 años de carrera ha sido testigo o ha sufrido algún tipo de abuso de poder en forma de faltas de respeto o malas formas por parte de un director o de alguien de su equipo?
Sólo he tenido una experiencia en ese sentido, de malas formas. Estuvo totalmente fuera de lugar y fue muy duro y muy doloroso. Esas formas ahora, afortunadamente, no se consentirían, porque además todo el mundo está mucho más concienciado ante las malas formas.
La última, de vuelta al corto, a ‘Huir’, ¿de qué huye Álvaro Cervantes?
Volviendo a las formas, no soporto los comportamientos déspotas ni las faltas de respeto y de cuidado en el trabajo. Yo huyo de sufrir en el trabajo porque es algo que no me merece la pena.



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